
jueves, 22 de diciembre de 2011
LA NAVE

martes, 29 de noviembre de 2011
NUEVA TIERRA

gozosos de tanto brillo encapsulado que en el aire explota.
Los hombres respiran ese oxígeno entusiasta que antes parecía smog
y ahora brota de los limpios canales del aire como glorioso elixir del Nirvana.
Cada pieza se va acomodando en el misterioso juego de los dioses.
Cada alma emite destellos del absoluto convirtiéndose
La Era del Hombre llega a su fin.
Comienzan los Tiempos de la Inmortalidad.
martes, 8 de noviembre de 2011
GAME OVER

miércoles, 2 de noviembre de 2011
LOS NIÑOS MUERTOS

martes, 1 de noviembre de 2011
SILENCIO...
sábado, 15 de octubre de 2011
LOS OTROS

Los otros a mi alrededor ríen. La vida es un juego jugoso para ellos.
El sol en sus mejillas les sonroja la mirada y la vida se les presenta como un cántico de amor y juventud.
Ellos ríen.
Su risa parece fresca y cantarina.
Son jóvenes, hermosos y libres.
O eso creen... o eso les han enseñado.
Llegan a mi vida y pasan por ella como un fuerte suspiro.
Y luego continúan su camino.
Yo les brindo mi lugar y mi comprensión.
Me cuentan sus cuitas o sus esperanzas.
Pero jamás preguntan qué es lo que me pasa a mí. Qué siento o qué necesito.
Tal vez esa coraza de todopoderosa que me rodea los intimida.
O tal vez, realmente, no necesite nada de ellos. Y ellos lo saben.
Los otros siguen con su vida.
Yo llego sola.
Y sola, me retiro.
sábado, 8 de octubre de 2011
AMIGA MIA

sábado, 1 de octubre de 2011
GEOMETRIA

Veo rombos.
Rombos que vuelan alrededor de mis sienes.
Azules y claros, brillan como un trozo de cristal al sol.
Rombos celestes con gotas de azul dorado.
Rombos que giran incesantes y eternos, etéreos navegantes de la mente limpia.
Ahora son esferas ¿o tal vez apenas círculos?
Sobrevuelan gozosas las cimas de mis cerros.
Se agrandan y relucen hasta parecer estallar en luz.
Y luego desaparecen, dejando una estela opalina
surcando en el espacio.
Rombos y esferas se acercan magnánimos.
Se asoman y bajan y cuando pisan tierra
se transforman, desafiantes, en esbeltas pirámides.
Con cúspides prolijas y misterios infinitos.
Muchos puntos forman la línea que une al cielo y sus esferas con la tierra y sus pirámides...
Uno. Tan sólo un punto es el que me une con todas ellas, para formar así, el cubo perfecto.
jueves, 15 de septiembre de 2011
ESTELAS MARCADAS

sábado, 10 de septiembre de 2011
EL ESPEJO

martes, 16 de agosto de 2011
Hasta siempre, mi gatita buena

Hacia allá van tus alas, sacerdotiza de Amá...
jueves, 4 de agosto de 2011
OJOS DE LECHUZA

lunes, 4 de julio de 2011
EL RECLAMO

Por qué soy yo siempre el caudal de las infamias
y el sostén silencioso de tu cuerpo?
Por qué no puedes verme, ni siquiera en tu respiro?
en tus múltiples tareas de escondrijos?
en tus manifiestos prepotentes de desidias?
en las partes despejadas del mar de tus tinieblas?
Siempre me tienes escondida, atada y subyugada a tu antojo.
Relamiéndote en las miserias de tus goces
y escupiendo las entrañas de mi nombre.
Por qué siempre soy yo la que te atempera y te cobija?
si sólo recibo insultos y negaciones e improperios
cuando te cansas de tus miedos
y de tus odios.
Cuando te sientes impotente ante tu hombría...
Quién te entiende fragilidad viviente
Creyéndote todopoderoso, inmortal y pleno
cuando sin mí no sos mas que un pobre cascarón sin alma
que se entorpece cuando corre
y se lastima cuando camina
Deja ya de martirizar mi piel de sirena!
Descúbrete las llagas y lámelas!
Deja de pensar que sólo son palabras!
Deja de creer que tú puedes conmigo!
Alta y radiante me levantaré de mi tumba
y al reconocerme llorarás, estúpido humano,
amado mío, compañero de camino...
PAOLA
domingo, 3 de julio de 2011
NOTAS
jueves, 26 de mayo de 2011
EL CIRCO

Rueda que rueda el carrusel de la vida
en un eterno clamor de voces antiguas.
Aquí y allá, chisporroteantes, se prenden y apagan
las luces artificiales de los falsos astros.
Y destellan tintineantes las lentejuelas tornasoladas.
Cada uno interpreta su papel:
- Algunos conducen el show con altas galeras
embelesando al pueblo con increíbles historias de odios y amores,
demasiado iguales al tocarse sus puntas...
- Otros, pintadas sus bocas con alegres carmines,
hacen reír a todos con sus patéticas disputas
y sus violencias sin sentido...
- Ciertos personajes, más refinados, bailan una danza elegante y ligera
Y, erguidos en altas puntas de zapatos delicados,
maravillan al vulgo con su gracia infinita y etérea, pero igualmente falsa...
- Algunos van más allá y hacen creer que vuelan.
Subidos a la cúspide de los columpios,
transmiten la ilusión de estar elevados hacia el cielo...
- Unos utilizan fieras, que amansan a fuerza de palos y hambre
y hacen creer que ellas les obedecen por amor, cuando en realidad lo hacen por miedo...
- Hay enanos también
que provocan el hazmerreir por su deformidad.
Y, al igual que los hombre gordos y las mujeres con barbas
se humillan porque nada más les queda por lograr... sólo la risa de los demás...
- Y está el público, que también interpreta su papel de pasivo espectador:
Llora cuando le dicen que llore.
Ríe cuando le dicen que ría.
Aplaude cuando le dicen que aplauda.
Y se va, creyéndose satisfecho, cuando todo acaba...
...
Las luces se apagan...
El carrusel se detiene...
Y cuando el circo queda a oscuras y en silencio y los brillos ya no son,
se pueden ver los parches de la carpa,
las lágrimas del payaso,
el dolor de los osos,
el olor del desamor...
Y es en el silencio doloroso del interno
donde somos realmente (sin pintura, sin espejos, sin vestidos)
lo que somos...
sábado, 7 de mayo de 2011
HUELLAS INVISIBLES
y que nadie sepa que estuvimos acá..."
(G. Nápoli)

Ni un soplo de tu aliento debe quedar volando por la brisa.
Ni una ráfaga de tu mirada en la retina de los otros.
Ni una caricia fugaz en la memoria de alguna mejilla.
Ni un pequeño recuerdo de tu paso por la vida...
Caminar sin dejar huella.
Como elfos etéreos e invisibles,
sin dejar la marca de tus pies en la arena eterna
o una estela brillante en las aguas silentes...
Hablar sin dejar sonido alguno en el aire
o remembranzas de voces airadas o susurros ahogados en oídos apáticos...
Moverse sin ser vistos.
Sin llamar la atención de otros con ropajes coloridos,
o con actitudes enhiestas,
o con lastimeras plegarias,
o con la morbosa excitación que da la pena, o la gloria.
No hacer nada que haga ruido.
Que usurpe la paz de las alturas.
Que moleste, que haga daño, que interrumpa el sueño de los niños.
No respirar el aire de los otros.
No usurpar su silla ni poner una piedra en su camino.
No mostrarse, no hacerse oir. No decir con timidez siquiera: Aquí estoy!
Dejar SER. Dejar SER a nuestro Ser y al del otro.
Y AMAR. Sin preguntar ni tal vez de qué va el Amor.
AMAR. Sólo Amar...
caminando despacio e inexorablemente
hacia el Olvido...
miércoles, 4 de mayo de 2011
ELLAS

O como cientos de flechas lanzadas por cientos de arcos que sobrevuelan los cielos
y luego bajan hacia los cuerpos de las víctimas.
El sonido es igual a ese estallido sobre los aires.
O al canto de miles de grillos en las noches primaverales.
O son también como decenas de cruces de avenidas en ciudades tumultuosas.
Esa imagen en cámara rápida de autos que van y vienen,
que frenan y acosan y hostigan y ruedan.
Y el eterno bramido de motores y bocinas y luces intermitentes...
O podrían semejarse a la jaula de los monos.
Cuando no acaban de chillar.
Y saltan desde la copa de los árboles y luchan entre ellos y saltan y se esconden...
Y aúllan, aúllan, aúllan...
En el mejor de los casos pueden ser como rayos y truenos en una noche tormentosa.
Llenan el cielo de luces los relámpagos cargados de energía
y chocan la nubes erráticas llevadas por el viento huracanado...
....
...Cuando me doy cuenta... ruego por que la tormenta se convierta en mansa lluvia,
cuyas gotas caigan calmada y acompasadamente sobre los techos.
O que los simios se calmen y se duerman tan sólo un rato
o por lo menos que, dulcemente, se entretengan meciéndose en las ramas.
O que las calles se vacíen y que quede la ciudad desnuda de habitantes.
O que la guerra se acabe.
O que los grillos se marchen.
Y que las voces de mi cabeza, finalmente, se acallen...
viernes, 22 de abril de 2011
CRUCIFIXION
(Antonio Machado)

Por qué preferimos al Jesús caminante, al Jesús que reía y que pasaba sus días en contemplación o camaradería con sus apóstoles?
Por qué sentimos que sus llagas nos molestan, sus espinas nos duelen, sus clavos incrustados nos lastiman?
Si ambos: el agonizante y el peregrino son el mismo...
Si ambos: el crucificado y el que camina sobre las aguas, son el mismo...
La muerte nos espanta, el dolor nos sobrecoge...
No podemos, no queremos asumirlos como propios
No tenemos el suficiente coraje para transitarlos con los ojos bien abiertos,
sintiendo el peso de nuestra cruz sobre los hombros,
sintiendo la humedad de la sangre en nuestra frente,
sintiendo que somos carne, sangre y huesos…
Qué pasaría si sintiéramos la crucifixión absoluta de cada una de nuestras vidas transitadas.
Si simplemente pudiéramos reconocer que estamos muriendo en cada paso,
que estamos dando nuestro último suspiro en cada respiración...
Veríamos, tal vez, la belleza de la muerte?
Esa muerte que, si la vivimos en vida, nos libera.
Nos libera a cada instante de cada clavo que nos ata a la cruz...
Morir cada uno de nuestros errores, morir silenciosa y sin farsas cada momento equivocado.
Morir nuestros miedos, morir nuestros deseos...
Morir digna y calladamente en la cruz, sin reproches hacia nadie, sin insultos, sin llantos...
Simplemente morir.
Para elevarnos, más allá de la carne y la sangre.
Y resucitar... al tercer día...
domingo, 17 de abril de 2011
ACEPTANDO LAS DIFERENCIAS

En todos los juicios que yo hago sobre ti, hay un juicio sobre mí mismo… Y ambos son igualmente ciertos o falsos. Mientras piense que yo estoy en posesión de la verdad y tú no lo estás, crearé separación, desigualdad y estableceré las bases para que el sufrimiento se instale en mi vida. Lo mismo ocurre si pienso que tú posees la verdad y yo no.
La realidad es que ambos poseemos una parte de la verdad y una parte de ilusión. Los dos miramos al mismo elefante, pero tú ves la cola y yo veo el tronco. Cuando se mira por separado, la cola y el tronco parecen que no tienen nada en común. Sólo cuando se ve la totalidad del elefante es cuando la cola y el tronco unidos, cobran sentido. No importa cuanto me esfuerce, me es imposible ver el significado de tu parte. La cola no comprende ni el porqué, ni la razón del tronco. La única forma en la que admitiré tu experiencia es aceptarla como cierta, de la misma manera que acepto la mía como tal.
Debo dar la misma credibilidad a tus percepciones que a las mías. Hasta que no establezcamos esta igualdad, la semilla del conflicto permanecerá entre nosotros. No es necesario que diga que tú tienes razón y que yo estoy equivocado. No necesito reemplazar mi verdad por la tuya, o vivir mi vida según tus premisas. Ni tampoco es preciso que diga que tú estás equivocado y que insista en que debes vivir tu vida según mis condiciones. Estas exigencias provienen de la inseguridad y de la falsa creencia de que, para amarnos los unos a los otros, debemos estar de acuerdo. No es cierto.
Para amarte debo aceptarte tal y como eres. Es lo único que debo hacer. ¡Pero eso es mucho! Aceptarte a ti tal y como eres, es una proposición tan profunda, como aceptarme a mí mismo tal y como soy. Es una tarea formidable, dada mi poca experiencia en este campo.
Permitir que tengas tu experiencia es el principio. Aprendo a respetar lo que piensas y sientes incluso cuando no me gusta o no estoy de acuerdo con ello. Incluso aunque me disguste.
En lugar de hacerte responsable del dolor que siento en relación a ti, aprendo a enfrentarme a mi propio dolor. Mi reacción a tu experiencia -positiva o negativa- me proporciona información sobre mí mismo.
El compromiso conmigo mismo y contigo es trabajar con mi propio dolor, no responsabilizarte a ti de él.
Sólo cuando te devuelva el don de tu propia experiencia, sin imponerte mis propios pensamientos y sentimientos sobre ella, te amaré sin condiciones.
Cuando acepte tu experiencia tal cual es, sin sentir la necesidad de cambiarla, te respetaré y te trataré como a un ser espiritual.
Mis pensamientos y sentimientos tienen importancia en sí mismos, pero no como comentarios o acusaciones a tu experiencia. Al comunicar lo que pienso o siento sin hacerte responsable de mis pensamientos y sentimientos, acepto mi propia experiencia y permito que tú tengas la tuya.
En las relaciones, al igual que en la conciencia, las dos caras de la moneda deben ser aceptadas como iguales. Una persona no superará el conflicto hasta que la experiencia de ambas haya sido respetada.
La cuestión no es nunca el acuerdo, aunque lo parezca. La cuestión es: ¿Somos capaces de respetar nuestra experiencia mutuamente?
Cuando sentimos que la otra persona nos acepta tal y como somos, tenemos la motivación para adaptarnos el uno al otro. Adaptarse es hacerle al otro un lugar junto a nosotros; es no imponerse ni que se nos impongan.
Una vez que se llega a la adaptación, ambas partes moran juntas. El hombre y la mujer, el blanco con el negro, el rico con el pobre, los judíos con los cristianos. Aceptar nuestras diferencias es honrar la humanidad que tenemos en común, es bendecir mutua y profundamente la experiencia que compartimos.
De modo que la cola y el tronco discutirán hasta ponerse morados y ninguno de los dos ganará la discusión. Ambas experiencias son igualmente válidas. Al permitir que esto sea posible, el elefante empieza a cobrar forma. Al aceptar la validez de tu experiencia sin intentar cambiarla, sin intentar que sea algo más parecida a la mía, mi propia experiencia empezará a adquirir un mayor significado. Cuando te contemplo como a un igual y no como a alguien que precisa ser educado, reformado o determinado, el significado de nuestra relación se revela por sí mismo. Cuando se le da la bienvenida a cada parte, el todo empieza a tomar forma y resulta más fácil comprender y apreciar el significado de las partes.
Un mundo que pretende conseguir un acuerdo, encontrará conflicto y sectarismo. Un mundo que proporciona un espacio seguro a la diversidad, encontrará la unidad esencial para convertirse en entero. Frente a los opuestos tenemos dos opciones: resistirlos o abrazarlos. Si los resistimos, provocaremos un conflicto entre el yo y el otro. Si los aceptamos, los integraremos como agentes dinámicos y originaremos una transformación alquímica en el interior del yo.
Ashtar Sheran
(Del libro El Despertar de Paul Ferrini)
domingo, 3 de abril de 2011
LOS QUE SABIAN

Sabíamos que la historia no era fidedigna, pero igual quisimos saber de qué se trataba.
…El pueblo siempre quiere saber de qué se trata...
Sabíamos que nada de lo que podrían decirnos iba realmente a satisfacer nuestro deseo de conocimiento.
…Nada nos completa: ni los datos más complejos ni las oraciones más ostentosas…
Sabíamos que la vida pasaba más allá de la vida.
…Y que "hay más cosas entre el cielo y la tierra" de lo que imaginamos con nuestra más prolífica imaginación…
Sabíamos también que por más que buscáramos y caváramos e hiciéramos surcos en las ideas
la sapiencia no estaría totalmente cubierta.
Sabíamos, cuando nos hablaban los pastores, que eso no era realmente lo que ocurría,
y sabíamos que cuando el político nos comentaba sus planes, nada de eso importaba en realidad.
Sabíamos, cuando escuchábamos a los actores de la información, que todo eso era sólo una mínima parte…
…que la historia no estaba completa…
Lo sabíamos.
Pero preferimos hacer creer que no dudábamos.
Y que vivíamos de acuerdo a sus normas, y a sus reglas.
Y que éramos sumisos acatadores del reino.
Y sosteníamos sus leyes.
Y juzgábamos nuestros actos.
Y condenábamos a los iguales.
Y dudábamos, negábamos, disentíamos…
Pero no hay Ser Soberano que no se rebele en algún momento…
Y ya no existe opción de seguir mirando para el otro lado.
Despierta!!!