Bienvenidos al sitio donde con toda humildad publico las canciones que mi Daena me dicta. Me susurra despacito cada palabra a ese oído que no es el físico, sino que está mucho más allá de mi entendimiento humano. Porque lo esencial, como diría el Principito, es invisible a los ojos...



jueves, 26 de mayo de 2011

EL CIRCO



Rueda que rueda el carrusel de la vida
en un eterno clamor de voces antiguas.

Aquí y allá, chisporroteantes, se prenden y apagan
las luces artificiales de los falsos astros.
Y destellan tintineantes las lentejuelas tornasoladas.

Cada uno interpreta su papel:


- Algunos conducen el show con altas galeras
embelesando al pueblo con increíbles historias de odios y amores,
demasiado iguales al tocarse sus puntas...

- Otros, pintadas sus bocas con alegres carmines,
hacen reír a todos con sus patéticas disputas
y sus violencias sin sentido...


- Ciertos personajes, más refinados, bailan una danza elegante y ligera
Y, erguidos en altas puntas de zapatos delicados,
maravillan al vulgo con su gracia infinita y etérea, pero igualmente falsa...

- Algunos van más allá y hacen creer que vuelan.

Subidos a la cúspide de los columpios,
transmiten la ilusión de estar elevados hacia el cielo...

- Unos utilizan fieras, que amansan a fuerza de palos y hambre
y hacen creer que ellas les obedecen por amor, cuando en realidad lo hacen por miedo...

- Hay enanos también

que provocan el hazmerreir por su deformidad.

Y, al igual que los hombre gordos y las mujeres con barbas

se humillan porque nada más les queda por lograr... sólo la risa de los demás...


- Y está el público, que también interpreta su papel de pasivo espectador:
Llora cuando le dicen que llore.
Ríe cuando le dicen que ría.
Aplaude cuando le dicen que aplauda.

Y se va, creyéndose satisfecho, cuando todo acaba...


...

Las luces se apagan...
El carrusel se detiene...

Y cuando el circo queda a oscuras y en silencio y los brillos ya no son,

se pueden ver los parches de la carpa,

las lágrimas del payaso,

el dolor de los osos,
el olor del desamor...


Y es en el silencio doloroso del interno
donde somos realmente (sin pintura, sin espejos, sin vestidos)
lo que somos...


PAOLA

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