Madera y Agua. Remotos hermanos de la indignidad.
Retoños oscuros que una vez supieron ser luz.
Pedazos de algo que fue... Hace ya un día eterno...
Sabores que se sienten en la entraña de una Era que ya no se entiende.
Quizás porque ya no es nuestra.
Tal vez porque la historia no repite las consecuencias de la luciérnaga apagada.
Noches sin estrellas y estrellas sin noche.
Regocijos etéreos y estertores macabros.
El Día de Muertos es ahora.
Suspiran mientras nadan en océanos de olvidos.
Nadie más los mira porque son ellos mismos
sumidos en la Parca inconstante de la creación del Alba.
Los muertos hechos de madera y agua.
Creados de maíz y greda.
Sacados de las entrañas mismas de la Madre Tierra.
Ya no son.
Ya no hacen.
Ya no quieren.
Ya no esperan...
PAOLA
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