
¿Es que nadie se da cuenta quién soy?
¿Nadie me ve?
Realmente. ¿Nadie me ve?
¿Adentro del sueño de cristales deslucidos?
¿Más allá del fondo de mentiras infinitas?
¿Atrás de cada destello apagado?
Ahí, en el más oscuro fondo de las miserias,
en donde nadie nunca se atreve a mirar.
Ahí, en la más pequeña de las encrucijadas,
en el mejor y más pulcro de los rincones perdidos,
en el úlimo callejón del destino...
Ahi estoy yo.
La verdadera.
La que no llora ni se emociona.
La que ni siquiera ríe o se sonroja.
Estoy ahí... escondida tras infinitos ropajes de siglos.
Ropajes coloridos o desgastados.
Ropajes emparchados de payasos pobres.
De mendigos urbanos.
De mentira y soledad.
Soledades eternas. Mentiras eternas.
Ahí me encuentro. Para quien tenga coraje de comenzar la búsqueda.
De emprender el camino.
Miles de caballeros andantes intentaron el periplo antes.
Comenzaron la travesía
montados en su blanco corcel inmaculado.
Con ropajes brillantes y armaduras nuevas.
Pero jamás pudieron terminar la misión.
Los dragones eran demasiado pavorosos.
Los peligros muchos. Demasiados.
Antiguos demonios se cruzaron en su camino.
Y prefirieron abandonar la búsqueda y hacer
como si nunca hubiese existido.
Y sigo escondida.
Pequeña. Indefensa.
Fuerte. Inmaculada.
SOLA.
¿Nadie me ve?
Realmente. ¿Nadie me ve?
¿Adentro del sueño de cristales deslucidos?
¿Más allá del fondo de mentiras infinitas?
¿Atrás de cada destello apagado?
Ahí, en el más oscuro fondo de las miserias,
en donde nadie nunca se atreve a mirar.
Ahí, en la más pequeña de las encrucijadas,
en el mejor y más pulcro de los rincones perdidos,
en el úlimo callejón del destino...
Ahi estoy yo.
La verdadera.
La que no llora ni se emociona.
La que ni siquiera ríe o se sonroja.
Estoy ahí... escondida tras infinitos ropajes de siglos.
Ropajes coloridos o desgastados.
Ropajes emparchados de payasos pobres.
De mendigos urbanos.
De mentira y soledad.
Soledades eternas. Mentiras eternas.
Ahí me encuentro. Para quien tenga coraje de comenzar la búsqueda.
De emprender el camino.
Miles de caballeros andantes intentaron el periplo antes.
Comenzaron la travesía
montados en su blanco corcel inmaculado.
Con ropajes brillantes y armaduras nuevas.
Pero jamás pudieron terminar la misión.
Los dragones eran demasiado pavorosos.
Los peligros muchos. Demasiados.
Antiguos demonios se cruzaron en su camino.
Y prefirieron abandonar la búsqueda y hacer
como si nunca hubiese existido.
Y sigo escondida.
Pequeña. Indefensa.
Fuerte. Inmaculada.
SOLA.
PAOLA
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