
Desde lo Alto te veo, Señor mío.
Cruzando las cumbres hasta encontrarme.
Te observo bajar hasta mi morada,
y sonreirme.
Con tu mirada pura.
Con tu mirada ardiente.
Señor de los montes,
que hacia mi bajas.
Para hacerme subir a tu encuentro.
Señor de mi espíritu.
Dueño absoluto de mi alma.
Tus hermosos pies de nubes me alcanzan
envolviéndome con tu aliento a rosas,
con el infinito azul de tus ojos,
con el poderoso sabor de tus besos.
La fruta ya está madura.
Acá, en la planicie te espero.
Para correr juntos por los campos.
Para que, tomados de la mano,
juntos, transitemos el camino.
con el infinito azul de tus ojos,
con el poderoso sabor de tus besos.
La fruta ya está madura.
Acá, en la planicie te espero.
Para correr juntos por los campos.
Para que, tomados de la mano,
juntos, transitemos el camino.
Paola
No hay comentarios:
Publicar un comentario