REPASO

En esta vida me he cruzado con miles de personas. Algunas han dejado huellas, otras las he olvidado, otras me han marcado el alma, unas el cuerpo y otras los pensamientos.
Gente que se ha acercado porque me necesitaba. Y cuando ya no me necesitó más, se fue, sin dar explicaciones. Gente a la que he dejado, sin dar explicaciones.
Gente que me ha encontrado. Gente que me ha buscado. Gente que con mucha razón quiso perderme.
Han pasado por mi mesa personas que se han sentado y han compartido mi pan. Unos trajeron platos de oro, y otros han escupido la cena.
Algunos ayunaron. Otros se alimentaron hasta el hartazgo.
Gente que ama a los animales. Gente que odia a las personas. Gente que vuela. Gente que se arrastra. Gente que suplica. Gente que reza. Gente que abuchea. Gente que hace. Gente que simplemente vive.
Algunos gritan. Otros susurran. Muy pocos, hacen silencio.
Personas que me han abrazado, luego se alejaron y volvieron para abrazarme nuevamente.
Personas a las que he abrazado y luego les di vuelta la cara.
Gente con ganas de vivir. Gente que busca morir.
Cientos que se lastiman. Cientos que condenan a los que se lastiman. Cientos que condenan a los que condenan.
Millones que juzgan. Igual que yo. Que vivo juzgando.
Gente con esperanza. Gente con miedo (demasiados)… Gente que ha sufrido lo indecible. Gente que no conoce el sufrimiento.
Muchas personas con las que a pesar de estar separadas por miles de kilómetros, nada nos aparta. Personas que están a mi lado y sin embargo estamos a mil años luz de estar comunicados.
Algunos encuentran el sentido de su vida. Muchos lo buscan y no cejan en su intento. Otros, sencillamente, “hacen que buscan” y se declaran impolutos. Muchísimos más no entienden lo que buscan los otros.
Personas que me han amado. Personas que me han querido. Personas que me han necesitado. Personas que me han besado. Otras que me han pegado.
Todas y cada una de ellas, soy yo misma, también.
A todas y a cada una les agradezco su paso, su enseñanza.
A todas y cada una les deseo lo mejor que cada una considere que es lo mejor para ellas.
Gracias Vida, por otro año. Gracias por “todos estos años de gente”…

PAOLA

EL DESTIERRO

Por qué siempre preferí la soledad a la compañía?
La música, al baile?
El sueño, a la realidad?

Por qué me hace mal la vida?
Por qué cada vez que quiero tomarla, me lastima?
Y prefiero entonces seguir viviendo en el destierro de la fantasía?

Por qué sólo sé volar en un mundo de ilusiones
donde lo que siento no existe?
Y el amor que tengo no lo es en la verdad verdadera?
Y él no está, no se aparece, no me besa ni me toca...?

Por qué nunca soy yo sino que soy otra?
Más joven, más bella o más intensa?
Por qué él no es él, sino un alma afín?
Que no me lastima, ni me hiere y sólo me ama?

Por qué no puedo acostumbrarme al mundo?
Y cuando estoy en él inserta soy una máscara
y no tengo nada más que mentiras para dar?
Y nada de lo que doy, soy?

Por qué prefiero el retiro al ruido?
Por qué la charla se me supone siempre inconsistente?
Por qué los prefiero a los gatos antes que a los perros?
Y la armonía a la diversión....

PAOLA

ALBORADA

Advierto en mis pies descalzos la tierra húmeda por el rocío de la mañana,
mientras acarician mi piel las suaves briznas de hierba madura....

Cierro los ojos y dejo que el Sol Naciente acaricie mis mejillas,
anticipándose intenso, agudo, penetrante…

Los pájaros sueltan sus canturreos matutinos, saludando a la Vida…
Los descubro en lo alto de la rama del Árbol Rojo y -avizor-, un gato los mira, trepado a un fresno,
intentando tal vez, sólo con su voluntad, hacer que se acerquen hasta su atalaya.

Alas de mariposas llenan de polen cada flor que tocan, convirtiéndose en hadas bienhechoras de vida

Inspiro el aire puro de esta mañana....
Y me pregunto porqué, a veces, me cuesta tanto SOLAMENTE SER....

PAOLA

TIEMPO DE SILENCIO

Es tiempo de callar...

Horas decisivas de saber enmudecer mirando el sol.
De sentir que cada palabra que sale puede encenderse como la llama más profunda del Rey…
Y lastimar...

Dar una tregua e imponer el silencio.

Susurrando apenas para los adentros.
Decir sólo a nosotros los sentimientos de años de postergación.

Postergación que no existe salvo en un rincón aciago de tu corazón sediento.
Porque no hay nadie que te haya lastimado más que tú mismo…

Porque no tienen culpas los que acusas.
Porque no tienen asidero las palabras que salen desde aquel rincón oscuro y sin sentido.

Son momentos de sellar la boca.
De no pasarte de listo.
De no querer agradar o dar lástima.

De saber que cada sonido es peligroso.
Que son como balas de plata,
como flechas incendiadas,
como lanzas de infinitos odios

"Esclavo de tus palabras"

Tiempo de silencio...

PAOLA

DIA DE MUERTOS

Madera y Agua. Remotos hermanos de la indignidad.

Retoños oscuros que una vez supieron ser luz.
Pedazos de algo que fue... Hace ya un día eterno...

Sabores que se sienten en la entraña de una Era que ya no se entiende.
Quizás porque ya no es nuestra.
Tal vez porque la historia no repite las consecuencias de la luciérnaga apagada.

Noches sin estrellas y estrellas sin noche.
Regocijos etéreos y estertores macabros.

El Día de Muertos es ahora.

Suspiran mientras nadan en océanos de olvidos.

Nadie más los mira porque son ellos mismos
sumidos en la Parca inconstante de la creación del Alba.

Los muertos hechos de madera y agua.
Creados de maíz y greda.
Sacados de las entrañas mismas de la Madre Tierra.

Ya no son.
Ya no hacen.
Ya no quieren.
Ya no esperan...

PAOLA

EL ADIOS III

Una vez más, la mañana amarilla se aleja con pasos precisos y complejos.
Respiramos por última vez su precioso sabor de amapolas,
sonreímos por última vez a su insolente rostro de Fresia.

La definitiva noche turquesa se despide con un sólido titilar de astros.
Nunca más veremos nuevamente este fulgor de Venus
y la radiante soledad lunar.

El clamor de la orquesta se siente por postrera vez.
Cada sonido se encuentra con nuestro oído y se despide indefectiblemente.
Jamás los sones de los violines se escucharán en la penumbra del alma.

Es un nuevo adiós. Tan conocido y dulce como tantos otros.
Es la eterna muerte que viene y se nos ríe y se burla y se esconde.
Y vuelve a aparecer cuando menos la esperamos.
Y nos regala su olvido, y su sabia austeridad.
Su manto blanco y su guadaña piadosa.

Otro adiós y van tantos!
Otro renacer en cada momento de eterna despedida.
Morir y nacer y volver a morir.
Como un eterno y desquiciado carrusel de las vidas,
nos subimos y bajamos y volvemos a subir y con algo de suerte recibimos la sortija...
Esa que nos permite morir sin morir y seguir girando...

Para no dejar atrás todo lo aprendido
y seguir girando mientras vas muriendo...

PAOLA

AYER

Ayer nunca triunfé... nunca fui realmente feliz...
Nunca terminé las cosas, nunca sonreí con el corazón.

Ayer lloraba sobre lo pasado.
Juzgaba a los de enfrente.
No toleraba al diferente.

Ayer mi vida era oscura, gris, sin esperanzas…

Sentía que nadie me amaba y que a nadie amaba.
Que cada cosa que quisiera hacer ya estaba hecha por otros... y mejor.
Que perdía en cada paso.
Que cada cosa que entraba en mi vida lo arruinaba,
lo destruía,
lo hundía en la miseria…

Ayer mis labios se agrietaban de sueños perdidos.
Mi piel envejecía inexorablemente hacia la amargura.

Ayer mi vida era otra. Tan igual a tantas vidas pasadas.

Ayer mi vida era sólo y tan sólo… un sueño.
Tal vez
Y sólo tal vez,
exactamente igual a este instante
en el que sonrío.

PAOLA

ALMAS

Las almas miserables sostienen que el mundo les debe algo.
Que ellos no merecen lo que les tocó en suerte y que a aquellos que los juzgan les corresponde ser condenados.

Las almas tristes sostienen que el sol no sale para ellos,
que los pájaros no cantan sino chillan y
que las mariposas nacen sólo para morir.

Las almas enojadas ven la noche como un manto oscuro de miedos.
Al día como un azul dañino a la vista.
A los niños como llanto y narices sucias.
A los gatos como egoístas y perezosos.

Las almas altivas piensan que el oro es más refulgente que el sol.
Que las piedras sólo sirven si son preciosas.
Que los árboles se plantan para hacerles sombra a sus hijos
y el agua es mineral embotellado.

Las almas endemoniadas matan con palabras y hachas.
Seducen niñas con faldas blancas y luego las abandonan entre sangre y llanto.
Ríen con risa de diablo y tienen miradas de incendio.

Las almas simples juegan con un pájaro y un nido.
Corren descalzos y se desnudan en los ríos
y alzan su vista en las noches estrelladas y sueñan que nadan en el infinito.

Las almas puras no se enojan, no se sienten felices sin sentido, no se enorgullecen ni se ponen tristes.
Tampoco corren para alcanzar algo ni se sientan a criticar a otros...
Sólo observan... y se reconocen...

PAOLA

RECORTES

¿Acaso no adviertes la luna recostada en la montaña?
Ella no supone nada de la sierra, solamente alumbra sobre ella.
No se fija si los lobos le aúllan, o si los pájaros se esconden en sus nidos.
Tampoco suspira por encontrar algún perdido rayo de sol en la penumbra
ni se inquieta por vampiros secos o por cuervos bruñidos de mentira y soledad.

Ella ni siquiera se asoma hacia la Tierra.
No nos guiña un ojo, ni espera gustarnos.

No anda reclamando vidalas de los tiempos niños, ni sacrificios de los ancianos padres.

No sabe siquiera que su luz no es tan suya. Y que al Rey le pertenece.

No se percata de las miles de estrellas que a su alrededor fulguran.
Ni mira su cuerpo árido, sus ríos secos, su esencia de planeta extinguido...

No sabe que desde aquí abajo le dibujamos ojos
o que algunos hombres la pisaron hace años y plantaron su bandera y aplaudimos en cadena.

No ve la vida recortada de los hombres.
No entiende de dobleces, ni dualidades, ni fragmentos.
No cree que ella sea única. Ni que es buena. O el demonio.
No sabe que la endiosan, o la odian, o la estudian.

Sólo Es. Sin los imbéciles retazos humanos…
Y se abandona al eterno rodar del Universo…

Paola

YO NO MORI

No te acerques a mi tumba sollozando.
No estoy allí. No duermo ahí. 
Soy como mil vientos soplando.
Soy como un diamante en la nieve, brillando
Soy la luz del sol sobre el grano dorado
Soy la lluvia gentil del otoño esperado 
Cuando despiertas en la tranquila mañana,
Soy la bandada de pájaros que trina
Soy también las estrellas que titilan,
mientras cae la noche en tu ventana 
Por eso, no te acerques a mi tumba sollozando
No estoy allí. Yo no morí.

(Plegaria aborigen)