Bienvenidos al sitio donde con toda humildad publico las canciones que mi Daena me dicta. Me susurra despacito cada palabra a ese oído que no es el físico, sino que está mucho más allá de mi entendimiento humano. Porque lo esencial, como diría el Principito, es invisible a los ojos...



lunes, 5 de noviembre de 2012

EL DESPEGUE

Dedicado a mi hijo...





Recorro mentalmente las carreteras de mi vida y te encuentro  muy cerca de los principios…

Era una niña apenas, a pesar de que tal vez, para otros, ya no lo era.

Sentí tu pequeña humanidad acercándose a mi alma, palpitando por vivir,
pidiéndome el permiso necesario para entrar.

Lo supe, apenas entraste en mi vida, lo supe.
Supe que eras vos y que tu nombre sería el mismo que había soñado.

Y tu vida adquirió forma e, increíblemente, le dio forma definitiva a la mía.

Pasaron muchos días, desde aquel en que naciste y nací.
Muchas horas y muchas sensaciones.
La sangre que llama y ata y al mismo tiempo que libera.
Los preciados momentos compartidos y los que se esfumaron con el transcurrir de las horas.

Desde que te pusieron en mi regazo supe que no me pertenecías.
Qué eras un ave libre y totalmente independiente de mí.
Y te miraba asombrada, viéndote como crecías lejos de mi sombra.
Y te amé. Simplemente. Y tanto.
Porque sentí que era lo único que podía llegar a darte, en realidad.

Independiente de mí. Y de tantos otros.
Ferozmente soberano.
Y al mismo tiempo, tan vulnerable y cálido.
Tan maravillosamente humano.
Tan humanamente sensible.

Despegaste de mis brazos hace mucho tiempo.
Aprendiste a caminar solo hace tantos años....
Siglos, parecen.
Y ese despegue fue tan grandioso y tan alto
que hoy te lleva a recorrer nuevos y frondosos caminos de amor y de frutales sensaciones.

Y yo, desde el llano veo elevarte, hermoso niño mío.
Y, como antaño, sólo alzo mi ruego para que tu vuelo sea cada día más profundo,
más libre y más feliz.


PAOLA