Bienvenidos al sitio donde con toda humildad publico las canciones que mi Daena me dicta. Me susurra despacito cada palabra a ese oído que no es el físico, sino que está mucho más allá de mi entendimiento humano. Porque lo esencial, como diría el Principito, es invisible a los ojos...



domingo, 25 de julio de 2010

LA VOZ


Desde inmemoriables tiempos La Voz me llama.
"-Amor! aquí estoy, escúchame desde lo profundo".

Desde aquellas ancestrales rocas incrustadas en el abismo.

Desde las páginas de los árboles quietos.

Desde las inconmensurables alas de los pájaros.
Hasta hoy, pasando por tantas vidas.

Vidas de mentiras, envueltas en las nebulosas de los sueños.

El alma recorre vacíos oscuros, pasadizos secretos,

enormes grutas sin salidas, minas profundas, soles sin rostros.

"-Amor! te llamo! trata de vislumbrarme.
Trata de encontrarme escondido en tus secretos.

Trata de jugar conmigo desde aquellos oscuros pozos de tu memoria.

Búscame! trata de oirme, de escuchar mis ruegos,

mi voz sepultada entre tus miserias!"

Soledad si su compañía, oscuros vestigios del destino.

No existe el silencio real ni la nada sin El.

No puedo crecer si no se acerca, si no me busca...

"-Amor! ven por mí! yo siempre estuve, siempre estoy, siempre estaré...

Eres tú quien debe buscarme.
Tú quien debe llamarme.

Tú quien debe hacer el trabajo.
Yo sólo Soy.

No hay otro secreto.
Descúbreme.

Descúbreme entre los recovecos internos de tu vestido.

Descúbreme adentro de tus pecados.
Descúbreme abajo de tus errores.
Descúbreme agazapado al lado de tus verdades.
Descúbreme escudriñando cada uno de tus actos sublimes.


Sólo así estaremos juntos.
Sólo así podrás dejar de estar sola.
Descúbreme!!"

PAOLA

lunes, 12 de julio de 2010

AGOSTO


Mantras de invierno afloran intempestivamente del alma clara.
Son aquellos gritos que pueden reflejarse tal vez en el sonido del viento acorralado
o en el murmullo lujurioso de un arroyo que baja glorioso de lo alto.

Mi quietud se acelera paradójicamente.
Y observo quieta e inquieta la lejanía del universo
que se acerca.
A cada instante… sin pausa y sin distancia.
El cielo sonríe una nítida estela de estrellas acompasadas
y se destempla el murmullo de las hojas que caen ante tanta vastedad de siglos
alucinadas ante tanta belleza.

Los hombres continúan su peregrinaje eterno.
Sin son. Sin sentido
Pero el canto vibra acaso en un recóndito lugar del niño
hasta que el suspiro, quizás, lo alcance.
PAOLA