EL ADIOS

Las noches largas de la mente sacuden la cima...

Todo se vuelve negro, oscuro, relampagueante.
Envuelto en misterios de noches perdidas.

Cada paso está soncavado por dolores partidos.

Y yo ahí... en el medio del fuego
con el alma desnuda...
te digo adiós.


Cuántas veces recorrimos los mismos caminos
jurándonos que siempre estaríamos
paseando por los laberintos de las sendas marcadas.
Juntos.
Siempre juntos.

Cuántos días compartimos las esferas de la risa
y los inconmensurables extravíos del espíritu
y reimos o lloramos.
Juntos.
Siempre juntos.

Y hoy la noche nos encuentra atados a viejos rencores
y decidimos irnos
cada uno por su lado
sin por eso dejar de amarnos infinitamente
sin que eso presuponga una sóla lágrima.
...

Las noticias del adiós llegarán
a recónditos lugares del infinito
y los ángeles llorarán nuestro destierro
y las ansias se quedarán sin alimento.

Y nosotros dos
...tan sólos...
cada uno sin el otro
pero eternamente libres
eternamente jóvenes
eternamente unidos

Paola

DAME

Dame apenas una ilusión compartida.

Un beso mínimo, un labio tibio.
Dame tan sólo lo que ahora necesito,
apenas un atisbo de lo que puedas darme.

Dame tiempo, mucho, mucho tiempo
para encontrarme cálida en tu abrazo.
Acelera el tiempo para que los días ya pasen
para que todo lo que me inmola termine.

Dame un momento de mágicos suspiros
donde tu aliento sincero emane hacia mi boca.
Dame tu piel de bronces pulidos.
Salitre en tus manos, espuma en tu pecho.
Dame tu mar!! hermoso mar fundiéndose al mío.

Dame, mi amado, paz y locuras
juegos de espejos, partidas y arribos.
Dame oscuridad en las noches, soles de día,
caminos sinuosos donde como dos peregrinos
recorramos juntos, tomados de la mano,
sin temor a nada,
¡enfrentando el destino!

PAOLA

LA VIDA DORMIDA

Como encontrarte si no te busco
y si te busco me pierdo.
Me duermo.
Un largo sueño me atrapa.
Y vos - lejos-, me miras y lloras.
O simplemente
me extrañas.

Soy la vida dormida
sin tu presencia.
Soy la eterna inconciencia
que no ve ni quiere ver.
Que no sabe como empezar
a llamarme.

Despertador sin cuerda,
reloj lento de mis pocas vigilias
no me deja encontrarte
ni me impide, tampoco, buscarte.

Sólo yo me adormezco en un largo bostezo desganado.

Entre sábanas frías y sin color
mi vida transcurre efímera y solitaria
sin son, sin sentido.

Tal vez mañana, cuando amanezca a las primeras luces
despierte y entonces
nos abrazaremos
como uno solo.
Como eterna rapsodia de amaneceres.

PAOLA