A MI AMADO PRINCIPITO... en su cumpleaños...

Mi niño crece.
No se detiene.
Surge altivo desde los confines de su vida;
retiene su hálito sólo para replegar sus alas
y lanzarse
al infinito
hacia donde los duendes no lo limitan.
Y lo miro.
Detengo mis pupilas en su centro
y lo alzo en brazos con asombro
y lo pongo allá
arriba
lejos de mis miserias
y lo sostengo
increíblemente cerca de mis alianzas.
Mi niño es hombre.
Es sol.
Es luz que se incrusta en mi dicha.
Agosto llega a su fin.
Mi niño crece...
PAOLA